JUICIO DEFINITIVO
La justicia es
inmortal
l lAmad la justicia, los que regís la tierra;
l lAmad la justicia, los que regís la tierra;
pensad correctamente
del Señor y buscadlo con corazón entero.
2Lo encuentran los que no exigen pruebas
2Lo encuentran los que no exigen pruebas
y se revela a los que
no desconfían.
3Los razonamientos retorcidos
alejan de Dios,
y su poder, sometido
a prueba, pone en evidencia a los necios.
4La Sabiduría no entra en alma de mala ley
4La Sabiduría no entra en alma de mala ley
ni habita en cuerpo deudor
del pecado.
5El espíritu educador
y santo rehúye la estratagema,
levanta el campo ante los razonamientos sin sentido
levanta el campo ante los razonamientos sin sentido
y se rinde ante el asalto
de la injusticia.
6La Sabiduría es un espíritu
amigo de los hombres
que no deja impune al deslenguado;
que no deja impune al deslenguado;
Dios penetra sus
entrañas, vigila puntualmente su corazón
y escucha lo que dice
su lengua.
7Porque el espíritu
del Señor llena la tierra
y, como da consistencia
al universo, no ignora ningún sonido.
8Por eso quien habla impíamente no tiene escapatoria,
8Por eso quien habla impíamente no tiene escapatoria,
no podrá eludir la acusación
de la justicia.
9Se indagarán los planes
del incrédulo,
el informe de sus palabras
llegará hasta el Señor
y quedarán probados sus delitos,
y quedarán probados sus delitos,
10porque un oído celoso
lo escucha todo
y no le pasan inadvertidos
cuchicheos ni protestas.
11Guardaos, por tanto,
de protestas inútiles
y absteneos de la maledicencia;
y absteneos de la maledicencia;
no hay frase solapada
que caiga en el vacío;
la boca calumniadora mata.
la boca calumniadora mata.
12No os procuréis la
muerte con vuestra vida extraviada
ni os acarreéis la perdición
con las obras de vuestras manos;
13Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vivientes.
14Todo lo creó para que subsistiera;
13Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vivientes.
14Todo lo creó para que subsistiera;
las criaturas del
mundo son saludables:
no hay en ellas veneno
de muerte ni el abismo impera en la tierra.
15Porque la justicia es inmortal.
15Porque la justicia es inmortal.
16Los impíos la llaman
a voces y con gestos,
se consumen por ella, creyéndola su amiga;
se consumen por ella, creyéndola su amiga;
hacen pacto con ella,
pues merecen ser de su partido.
JUICIO DEFINITIVO
1-5 El libro de la
Sabiduría se abre con una frase temática en imperativo: destinatarios del libro
son los gobernantes, objeto es la justicia, actitud es el amor. 6,1-11 recoge y
amplifica esta exhortación, por lo cual podríamos delimitar la primera parte
del libro en 6,11. Pero esta sección enlaza con la parte segunda, pasando de la justicia a la sabiduría, y se puede leer como enlace con
función de nuevo comienzo. Así que consideramos los capítulos 1 al 5 como
primera parte del libro.
Que reyes y
gobernantes tengan por función principal el ejercicio de la justicia es convicción
unánime de los diversos cuerpos del AT: legislación, narración, profecía,
salmos, sapienciales.
En lo cual Dios
mismo se presenta como ejemplo y garante, a veces recurriendo a la retribución;
varios salmos definen al Señor precisamente por su amor a la justicia, Sal 11,7;
33,5, 37,28; 99,4, Y es normal que el oprimido apele al tribunal supremo de
Dios contra los opresores. La caída y muerte de los falsos dioses está motivada
por su injusticia en Sal 82. El autor enlaza el amor a la justicia con la recta
imagen que uno tiene de Dios y con su entera actitud religiosa.
Pero el hombre, especialmente
el gobernante y el poderoso, prefiere la injusticia. En algún caso semejante
actitud nacerá de una falsa idea de Dios; en otros casos la falsa idea de Dios
nacerá de ese amor a la injusticia. El autor va a atacar tales posiciones. Primero,
dando una idea "correcta" de Dios,
segundo, desarrollando con amplitud diversos aspectos de la retribución. Esto segundo lo hace trasladándose al horizonte de una retribución escatológica.
segundo, desarrollando con amplitud diversos aspectos de la retribución. Esto segundo lo hace trasladándose al horizonte de una retribución escatológica.
a) Pensar
correctamente de Dios. Al principio de que Dios no ve, no se entera, no se ocupa,
no actúa, el autor del libro contrapone el principio de un Dios que sabe,
vigila, sentencia, premia y castiga (cap. 1).
b) En cuanto a la
retribución, la doctrinatradicional la situaba en esta vida, La doctrina hizo
crisis en los dos grandes libros anticonformistas: Eclesiastés y Job. A las
objeciones ya conocidas los malvados de este libro añaden algo más refinado:
ellos, con su poder, pueden cortar violentamente la vida del justo, y de un solo tajo cortan la validez de dos premios: la vida larga y
la protección de Dios.
El autor no podría
responder fácilmente a tan tajantes razones si se quedase encerrado en el
horizonte de esta vida. Pero él lo supera triunfantemente: hay una retribución escatológica
que restaura las dimensiones y los valores de lo presente, al menos con la compensación
del futuro.
Esto lo desarrolla
el autor con complacida amplitud: el tema de la vida y la muerte, el sinsentido
de una vida desenfrenada y el sentido de una muerte violenta, el valor de una
esterilidad honrada y el fracaso de una fecundidad perversa, el contrapeso
escatológico de una vida corta y malograda y el desencanto trágico de una vida intensa.
Esta primera parte, aunque
representada por los dos grupos contrarios, está dominada por la idea
trascendente de la Justicia. a) La justicia auténtica, de Dios y del justo y de
los justos, que es luz del hombre (5,6) y arma de Dios (5,18), a la cual se
opone la falsa justicia de los malvados, que consiste en su fuerza y poder (2,11).
En la secuela de esta justicia genérica se encuentra el juicio, con sus términos judiciales propios o metafóricos: frente al falso juicio del justo, entablado
por los impíos, y a través de él, Dios somete a prueba al justo y hace que
salga triunfador.
En un plano paralelo
se encuentra la valoración intelectual (que nosotros llamamos también juicio), concretamente
el falso discurso y razonamiento de los malvados (1,3.5; 2,1.21; 3,2.10).
b) Y así pasamos a
la segunda magnitud trascendente de esta parte, que será la primera en la
sección siguiente, la Sabiduría. ¿Cuál es la relación entre las dos? Algunos textos
dan a entender que la actitud de injusticia impide al hombre recibir la sabiduría
(sobre todo el cap. 1), mientras que otros textos dan a entender que la
sabiduría es el camino de la justicia. Quizá haya que hablar de una relación
dialéctica.
c) La tercera
magnitud trascendente es la Vida, tema de todo el libro. Lo que se juega es la
vida y la muerte, se discute el sentido de la vida y la muerte. La vida es
creación de Dios, la muerte penetra por la injusticia. La justicia es inmortal,
pero una vez que ha entrado la injusticia y la muerte, la vida toma la nueva
forma de vida futura, que implica la resurrección.
Justicia, Sabiduría y
Vida son la constelación que Dios ofrece mientras que injusticia. error y muerte
son la porción de los malvados. No en vano el autor echa mano de formas dramáticas
y habla con tono patético.
1 Una inclusión mayor
enmarca el capítulo: "amad la justicia ...• la justicia es inmortal".
Otra inclusión (2 y 13-14) lleva a Dios por sujeto: es accesible, es autor de la vida, no de la
muerte. El desarrollo es amonestación, denuncia y amenaza, la última de signo judicial. El Señor (1.7.9) es reemplazado por una personificación que se distingue imperfectamente de él. Esa personificación se llama Sophia, Sabiduría y también Espíritu del Señor, santo, educador, amigo del hombre. Un único término poético abarca así varias realidades: el Espíritu mismo de Dios, el espíritu como fuerza de cohesión del universo, el espíritu que penetra en el hombre para hacerlo sabio. Son perceptibles las reminiscencias de Gn 1 y 2. Pero ese espíritu que ordena soberanamente el universo encuentra resistencia en el hombre, a quien ama; así surge el drama y la tragedia. Encuentra incompatibilidades, esclavitud, rebeldía, protestas. Al excluir de sí el aliento vital de la sabiduría, el malvado da paso a la muerte: es su destino trágico.
Otra inclusión (2 y 13-14) lleva a Dios por sujeto: es accesible, es autor de la vida, no de la
muerte. El desarrollo es amonestación, denuncia y amenaza, la última de signo judicial. El Señor (1.7.9) es reemplazado por una personificación que se distingue imperfectamente de él. Esa personificación se llama Sophia, Sabiduría y también Espíritu del Señor, santo, educador, amigo del hombre. Un único término poético abarca así varias realidades: el Espíritu mismo de Dios, el espíritu como fuerza de cohesión del universo, el espíritu que penetra en el hombre para hacerlo sabio. Son perceptibles las reminiscencias de Gn 1 y 2. Pero ese espíritu que ordena soberanamente el universo encuentra resistencia en el hombre, a quien ama; así surge el drama y la tragedia. Encuentra incompatibilidades, esclavitud, rebeldía, protestas. Al excluir de sí el aliento vital de la sabiduría, el malvado da paso a la muerte: es su destino trágico.
1,1 Es notable el
verbo inicial "amad". Véanse: Sal 45.8 el rey; Is 61.8; lo repiten
Sal 11.7.33.5; 37.28. Se dirige a cuantos en todo el mundo tienen oficio de
mandar. Podría aludir también a un imperio universal, es decir, Roma. "El
Señor" es la correspondencia griega usual del nombre hebreo Yhwh (Yahvé):
el que escribe se confiesa en ese nombre israelita. "Pensar": Sal 94;
Is 44.18, "Buscar al Señor" es una de las maneras de expresar la
adhesión o entrega dinámica: Ex 33.7; Sal 27,4; 40.17; 70.5; 105.3; especialmente
Is 55. Amor a la justicia y búsqueda de Dios son dos actitudes correlativas.
1,2 Exigir pruebas a
Dios es tentarlo: Sal 78; Is 5.19.
1,3 Explica el verso
precedente. El hombre racionaliza su actitud frente a Dios. deformando la figura
de Dios para justificarse a sí mismo. Lo peor es que esa racionalización tiene visos
de razonamiento, parece razonable.
1,4 "De mala
ley" o de malas artes. tramposa; aplicada a los idólatras en 15,4. La división
"cuerpo-alma" es de signo griego, aunque sin intención doctrinal. El
pecado se presenta personificado en la figura de un usurero que cobra con
exceso al pecador hasta hacerlo esclavo suyo; Jn 8.34 y Rom 7.14.
1,5 "Educador":
Dt 8.5. El espíritu de Dios se llama santo en Sal 51.13.
1,6 La fórmula philanthropon
es típicamente griega, y se lee de nuevo en 7.23 y 12.19. El esquema
psicológico es hebreo.
1,7 La idea tiene
ascendientes bíblicos: Jr 23,24; Véase también Eclo 16,17-23. En cambio, la
formulación es de sabor griego (Jenofonte, Filón, también Cicerón).
1,8 "Impíamente":
el griego juega con la raíz "dik- [ust-", como si dijéramos "no
ajustadamente, no como es justo". Después continúa el juego, introduciendo
dialécticamente a la "justicia" (dike) judicial, vindicativa.
1,9 Desarrolla la
imagen judicial: la pesquisa, informe, prueba.
1,10 "Celoso":
de la propia dignidad, Ex 20,5 y paralelos. Protestas y murmuraciones: Ex 16,7;
Nm 14,2 etc.
1,11 La protesta
referida a la tierra (Nm 13,32) desacreditaba a Dios. La calumnia no cae "en
el vacío", sino que trae consecuencias funestas para otros y para el
calumniador. "Mata": tras la indagación y el juicio, se ejecuta la
condena.
1,12 Sentencia del
juicio anticipado, que ocupa la primera parte del libro. "Procurarse la
muerte" es la locura de la autodestrucción. El autor marca el contraste
acercando las palabras clave muerte-vida. "Acarrearse" : Is 5,18.
1,13 Se remonta el
autor al origen de la muerte, concepto de dos dimensiones: a) la muerte física,
patrimonio de todo hombre 7,1 (cfr. Gn 2-3; Ez 18,28-32; Rom 5,12-21; b) Y la
muerte escatológica, definitiva, propia de los malvados en este libro. Compárese
con Is 45,7; Dt 32,39.
1,14 Comentario
libre a Gn 1: todo es bueno, impera la vida. Véase 2,22s.
1,15 El autor lo
rubrica con una de esas frases que evitan la precisión para cargarse de
sentido. Frase lapidaria, triunfal, que va a dominar con su resonancia todo el
libro.
1,16 Amplía el v. 12
con una descripción irónica. "Pacto": alude a Is 28,15. Los "partidarios"
de la muerte se vuelven mortales. El capítulo siguiente nos hará escuchar esas voces
yesos planes que llaman a la muerte.
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