5 1Aquel día el justo estará en pie sin temor
delante de los que lo
afligieron y despreciaron sus trabajos.
Juicio: para
nosotros no salía el sol
2Al verlo, se estremecerán
de pavor,
atónitos ante la salvación imprevista;
atónitos ante la salvación imprevista;
3dirán entre sí, arrepentidos,
entre sollozos de angustia:
4«Éste es aquel de quien un día nos reíamos
4«Éste es aquel de quien un día nos reíamos
con coplas injuriosas,
nosotros insensatos;
su vida nos parecía una
locura, y su muerte una deshonra.
5»¿Cómo ahora lo cuentan entre los hijos de Dios
5»¿Cómo ahora lo cuentan entre los hijos de Dios
y comparte la herencia
con los santos?
6Sí, nosotros nos salimos
del camino de la verdad,
no nos iluminaba la luz de la justicia,
no nos iluminaba la luz de la justicia,
para nosotros no salía
el sol;
"nos enredamos en
los matorrales de la maldad y la perdición,
recorrimos desiertos intransitables,
recorrimos desiertos intransitables,
sin reconocer el
camino del Señor.
8»¿De qué nos ha servido
nuestro orgullo?
¿Qué hemos sacado presumiendo de ricos?
¿Qué hemos sacado presumiendo de ricos?
9Todo aquello pasó como
una sombra, como un correo veloz;
10como nave que surca las undosas aguas,
10como nave que surca las undosas aguas,
sin que quede rastro
de su travesía ni estela de su quilla en las olas:
11 o como pájaro que vuela por el aire sin dejar vestigio de su paso;
con su aleteo azota el aire leve, lo rasga con un chillido agudo,
11 o como pájaro que vuela por el aire sin dejar vestigio de su paso;
con su aleteo azota el aire leve, lo rasga con un chillido agudo,
se abre camino agitando
las alas y luego no queda señal de su ruta;
12 o como flecha disparada al blanco:
12 o como flecha disparada al blanco:
cicatriza al momento
el aire hendido y no se sabe ya su trayectoria;
13igual nosotros: nacimos y nos eclipsamos,
13igual nosotros: nacimos y nos eclipsamos,
no dejamos ni una señal
de virtud,
nos malgastamos en
nuestra maldad.»
14Sí, la esperanza del
impío es como tamo que arrebata el viento;
como escarcha menuda que el vendaval arrastra;
como escarcha menuda que el vendaval arrastra;
se disipa como humo al
viento,
pasa como el recuerdo
del huésped de una noche.
Los justos viven
eternamente
15Los justos viven eternamente,
reciben de Dios su recompensa,
el Altísimo cuida de ellos.
16Recibirán la noble corona, la rica diadema de manos del Señor
con su diestra los cubrirá, con su brazo izquierdo los escudará.
16Recibirán la noble corona, la rica diadema de manos del Señor
con su diestra los cubrirá, con su brazo izquierdo los escudará.
Vestirá la coraza de
la justicia
17Tomará la armadura
de su celo
y armará a la creación
para vengarse de sus enemigos;
18vestirá la coraza de la justicia,
18vestirá la coraza de la justicia,
se pondrá como casco
un juicio insobornable;
19empuñará como escudo su santidad inexpugnable;
20afilará la espada de su ira implacable
19empuñará como escudo su santidad inexpugnable;
20afilará la espada de su ira implacable
y el universo peleará
a su lado contra los insensatos.
21Saldrán certeras ráfagas de rayos
21Saldrán certeras ráfagas de rayos
del arco bien tenso
de las nubes y volarán hacia el blanco;
22la catapulta de su ira lanzará espeso pedrisco;
22la catapulta de su ira lanzará espeso pedrisco;
las aguas del mar se
embravecerán contra ellos,
los ríos los anegarán
sin piedad;
23se levantará contra
ellos su aliento poderoso
que los aventará como un huracán,
que los aventará como un huracán,
la iniquidad arrasará
toda la tierra
y los crímenes derrocarán
los tronos de los soberanos.
5,2-3 Todavía habla
el autor, testigo de la actitud externa y la reacción interna de sus personajes.
El pavor es numinoso, infundido por una teofanía de liberación: Sal 64; 70; 39,14-16,
etc. "Se estremecerán": el verbo hebreo correspondiente se lee en
salmos de petición contra el enemigo (Sal 6,11; 48,6; 87,18) Y en contextos de
teofanía o guerra santa (Ex 15,15; Is 13,8; Jr 51,32).
"Arrepentidos":
con pesar interno, pero sin conversión, que ya es imposible.
5,4-13 Discurso de
los impíos. Es notable que todo el proceso se reduzca a este discurso, en que
los impíos confiesan su error más que su culpa. No interviene el juez con un
interrogatorio, y aun su presencia la tenemos que inferir; el justo está mudo.
Acusadores son una
presencia y una memoria: la presencia del mismo justo, ahora victorioso,
cataliza la memoria de los viejos perseguidores. Es lógico que en su confesión resuenen
palabras y motivos del cap. 2, con cambio de perspectiva.
El procedimiento del
presente discurso recuerda sobre todo a Is 14, con inversión de papeles: los
impíos comentan la victoria del justo.
5,4 Sobre las burlas,
véanse Sal 31,12; 44,14-15; 69,12-13.
5,5 Recoge 2,13.16. "Santos",
como en Sal 34,10; en paralelismo con "hijos de Dios". "Compartir
la herencia": expresión o tema clásico: Gn 21,10; Jue 11,2.
5,6-7 El camino de
la verdad es el camino del Señor, trazado por la voluntad de Dios, por sus
mandamientos, iluminado por la justicia como por un sol. Esa luz se había ofrecido
a todos, pero los impíos se cegaron por su maldad (2,21); por eso siguieron sendas
contaminadas (2,16), mientras que el justo seguía un camino aparte (2,15). El final de los dos caminos se ha juntado
por un momento en un cruce, para separarse de nuevo definitivamente. "Matorrales
y desiertos" en oposición a las flores y praderas de 2,8-9.
5,9-12 Catorce
versos, cinco comparaciones, para proclamar la brevedad de la vida.
5,14 El autor
comenta sentenciosamente, como si de parte del juez pronunciase la sentencia de
las dos partes. A los impíos les da la razón, que es condenarlos (la ejecución vendrá
después). A los justos (ahora en plural) les promete la corona real como recompensa.
Recoge el juicio expresado en 3,11. "Como tamo": Sal 1,4.
5,17 El celo de su
honor y del bien de los suyos, según expresión corriente: p. ej. Is 9,6; 37,32;
42,13; 59,17. La creación se restringe en este contexto al mundo de los
meteoros, sobre todo a la tormenta, que incluye viento, fuego yagua. La
venganza es el ejercicio de la justicia vindicativa en un combate según numerosos
textos; por ejemplo, Is 34,8 (contexto escatológico); 59,17; 63,4; Jr 46,10;
50, 15; 51,6; como título de Dios se lee en Sal 94.
5,18-20 Son tres
armas defensivas y una ofensiva; pero no hay que alegorizar. La santidad de
Dios se muestra como exigencia ética: véase Sal 99. Los malvados se llaman aquí
"los insensatos", de acuerdo con todo el desarrollo precedente y de
la propia confesión en el v. 4.
5,18 Is 59,17.
5,21 En Gn 9,13-16
Dios soltaba su arco militar (el arco iris), demostrando sus intenciones
pacíficas; en el momento escatológico lo vuelve a empuñar.
5,22 Como en Ex 14.
5,23 Véase Eclo
10,14-17. Con la referencia a los soberanos se cierra el discurso comenzado en
1,1, dirigido allí a los que gobiernan. La injusticia establecida, es decir, ejercida
por los que tienen el poder, es fuerza catastrófica de destrucción.
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