Exordio: el poder os
viene del Señor
6 1Escuchad,
reyes, y entended;
aprendedlo, gobernantes
del orbe hasta sus confines;
2prestad atención los que domináis los pueblos
2prestad atención los que domináis los pueblos
y alardeáis de
multitud de súbditos;
3el poder os viene del
Señor, y el mando, del Altísimo:
él indagará vuestras
obras y explorará vuestras intenciones;
4siendo ministros de su reino, no gobernasteis rectamente,
4siendo ministros de su reino, no gobernasteis rectamente,
ni guardasteis la Ley,
ni procedisteis según la voluntad de Dios.
5Repentino y estremecedor vendrá contra vosotros,
5Repentino y estremecedor vendrá contra vosotros,
porque a los encumbrados
se les juzga implacablemente.
6A los más humildes
se les compadece y perdona,
pero los fuertes sufrirán
una fuerte pena;
7el Dueño de todos no
se arredra, no le impone la grandeza:
él creó al pobre y al rico y se preocupa por igual de todos,
8pero a los poderosos les aguarda un control riguroso.
él creó al pobre y al rico y se preocupa por igual de todos,
8pero a los poderosos les aguarda un control riguroso.
9Os lo digo a vosotros,
soberanos,
a ver si aprendéis a
ser sabios y no pecáis;
10los que observan sensatamente
su santa voluntad
serán declarados santos;
serán declarados santos;
los que se la aprendan
encontrarán quien los defienda.
11Ansiad, pues, mis
palabras; anheladlas y recibiréis instrucción.
La Sabiduría conduce
al reino
12La sabiduría es radiante
e inmarcesible,
la ven sin dificultad los que la aman,
la ven sin dificultad los que la aman,
y los que van buscándola,
la encuentran;
l3 ella misma se da
a conocer a los que la desean,
14Quien madruga por ella, no se cansa:
14Quien madruga por ella, no se cansa:
la encuentra sentada
a la puerta.
15Meditar en ella es
prudencia consumada,
el que vela por ella
pronto se ve libre de preocupaciones;
16ella misma va de un
lado a otro buscando a los que la merecen
los aborda benigna por los caminos
los aborda benigna por los caminos
y les sale al paso
en cada pensamiento.
I7Su comienzo auténtico
es un deseo de instrucción;
18el afán por la instrucción es amor;
18el afán por la instrucción es amor;
el amor es la observancia
de sus leyes;
la custodia de las
leyes es garantía de incorruptibilidad;
19la incorruptibilidad acerca a Dios;
19la incorruptibilidad acerca a Dios;
20por tanto, el deseo
de la sabiduría conduce al reino.
21 Así que, si os gustan los tronos y los cetros,
21 Así que, si os gustan los tronos y los cetros,
soberanos de las naciones,
respetad la sabiduría
y reinaréis eternamente.
22Os voy a explicar
lo que es la sabiduría y cuál es su origen,
sin ocultaros ningún secreto
sin ocultaros ningún secreto
me voy a remontar al
comienzo de la creación,
dándola a conocer claramente,
sin pasar por alto la verdad.
23No haré el camino con la podrida envidia,
23No haré el camino con la podrida envidia,
que con la sabiduría
ni se trata.
24Muchedumbre de sabios
salva al mundo
y rey prudente da bienestar
al pueblo.
25Por tanto, dejaos
instruir por mi discurso, y sacaréis provecho.
LA SABIDURíA
6-10 Los versos 1-11
del cap. 6 constituyen un enlace importante de la primera sección, caps.1-5,
con la segunda, 6-9; formalmente realizan la transición de la justicia a la sabiduría.
Respecto a la primera sección, son como una peroración parenética, apoyada en el
motivo del juicio escatológico ampliamente desarrollado. Respecto a lo que sigue es como una de las clásicas
introducciones o exordios pidiendo atención, conocidos en la literatura
profética y en la sapiencial.
El proceso
intelectual es como sigue: convoca o apela a los destinatarios (1-2), ministros
de la justicia (3), que habrán de rendir cuentas al soberano justo (4-8); para
que puedan salir airosos en el juicio futuro, el autor les ofrece como solución
la sabiduría (9-10).
Destinatarios son
los mismos de 1,1, presentes en siete sinónimos. El cuarto título es "ministros
de su reino" [de Dios]. Esto define radicalmente la autoridad política
humana: en un reino en que Dios es el único soberano de derecho, los que mandan
son en realidad ministros de Dios; con una tarea recibida y responsables ante él. La idea es profunda y fecunda, puede estar inspirada
directamente en 2 Cr 19,6. La intención es política.
Su tarea es el
gobierno recto. El autor sustituye el término "justicia" con
expresiones para él equivalentes: rectitud, observancia de la ley, que es voluntad
de Dios y es sagrada. Lo ético y lo religioso se funden, el programa teocrático
de Israel asoma a través de términos también griegos. Particularmente griego es
el adjetivo hosios, que designa lo sancionado por ley divina.
Su responsabilidad
se refiere a Dios, que "indaga", juzga imparcialmente y castiga sin miramientos.
En el juicio es posible el perdón compasivo. En la oposición "humilde-fuerte"
parece resonar la oposición "justo-malvado" de la primera sección; pero
sin llegar a la total e insuperable identificación del poder con la maldad.
La oferta es la
sabiduría, como medio de llegar a la justicia y salvarse en el juicio. La sabiduría
de que se habla aquí es mucho más que un saber teórico; todo el libro, empezando
por el cap. 1, da testimonio de ello. Y se puede citar el pasaje clásico de Prov
8,15.
6,1 La invitación a
escuchar: Is 1,10; Sal 2,10; Eclo 33,19.
6,2 Véase Prov 14,28.
6,4 Véase Dn 2,21.
6,7 Véase Eclo 35,15
Y 18,13. "El rico y el pobre": Prov 22,2 .
6,9 Véase Prov 16,10.
6,10 Dos casos posibles
en el juicio: el que ha cumplido plenamente, el que necesita y obtiene un
defensor. Si el hombre se ha educado en la escuela de esas sanciones divinas, ellas
se convertirán en abogado defensor el día de la cuenta.
6,11 Concluye en inclusión.
Contando ya con un público ávido, Salomón podrá pronunciar su largo discurso.
6,12-9,18 Podemos
definir esta sección "Loa de la Sabiduría". El género encomio era popular
en la retórica antigua y tenía sus reglas, que el autor sigue con bastante libertad.
Se alaba el origen, la naturaleza, las acciones de un personaje, de una virtud,
de una ciudad. Se emplean y se prodigan las galas retóricas, expresión convencional del entusiasmo.
No se organizan
fácilmente los temas tratados: el autor dice que quiere explicar "la naturaleza
y origen" (6,22) de la sabiduría, dos partes clásicas del encomio. Puestos
a diferenciar y siguiendo un orden lógico, podemos proponer la siguiente serie:
a) Origen: génesis,
procede de Dios, es noble de linaje (7,25-26).
b) Naturaleza y cualidades
(7,22-24.27-30).
c) Lo que aporta, genétis:
: bienes y saber (7,11-12; 8,5-8; 8,10-16).
d) Acción cósmica, tekhnites
(7,17-21).
Al valor se añade el
mérito de ser alcanzable, accesible (6,12-20); el camino es la súplica a Dios (7,7;
8,21; 9,1-18).
El conjunto de ese
material y de esas piezas, que amenazaban al lector con su repetición y
monotonía, está organizado en dos planos que personalizan y animan la loa.
En primer lugar, todo
se presenta como una confesión autobiográfica de Salomón, el sabio que por
experiencia puede cantar esa alabanza y puede explicar de modo convincente que
la sabiduría es alcanzable. Salomón reparte su confesión en dos cuadros, ambos
de buena tradición bíblica. En el primero cuenta libremente el sueño de Gabaón (1
Re 4), completado con datos de los siguientes capítulos y enriquecido con elementos
de ascendencia griega. El segundo desarrolla la conocida imagen de la sabiduría
como novia y esposa.
Así tenemos una
personalización y una personificación: de la sabiduría pasamos al sabio, que
sabe el qué y el cómo (personalización); la sabiduría entra como personaje de
la historia (personificación). Ambos recursos conocidos sobre todo en Ben Sira.
6,12-20 Estos versos
describen el encuentro de Sabiduría con el hombre, en una serie de movimientos
correlativos. Comienza ella manifestándose, "irradiando"; se adelanta,
busca, aborda, sale al paso; finalmente conduce o eleva. Los movimientos del hombre
son en parte espirituales: aman, buscan, desean, madrugan, velan. El remate es una
especie de sorites o serie encadenada con variaciones. En vez de la forma
normal: AB - BC - CD - DE - EF - AF, el autor compone: AB - B'C - CD - D'E - E'F
- A'F'.
De la sabiduría se
predica lo que se decía de Dios en 1,2. En lo que sigue son frecuentes las
referencias o resonancias de Prov 8; Eclo 4; 6; 14.
6,13 Eclo 4,17 describe
otra etapa.
6,14 Véase Prov 8,17
y compárese con Prov 8,34.
6,15 La prudencia es
ya participación de la sabiduría, aunque no posesión plena.
6,16 Véanse Prov 8,1-3
y Eclo 15,2. La conducta y los pensamientos del hombre son el sitio del
encuentro, pues cuando el hombre piensa y medita en ella, ya sucede un encuentro,
y lo mismo cuando el hombre camina como exige la sabiduría.
6,17 Se trata del
comienzo de su posesión. La instrucción, o educación o formación, pertenece al
campo de la sabiduría. Prov 1,7; Jr 31,31-33.
6,18 El amor se
realiza concretamente en la obediencia: Eclo 6,37 y Jn 14,15. Ya en el decálogo,
del primero y fundamental mandato del amor se siguen los demás, Ex 20; Dt 5. La
incorruptibilidad del hombre responde a lo inmarcesible de la sabiduría. Es la
doctrina de Dt 32,47, sólo que aquí el horizonte es de una inmortalidad en otra
vida.
6,19 Porque la
muerte aleja de Dios, que no es Señor de muertos sino de vivos; también porque
la incorruptibilidad le viene al hombre radicalmente de ser imagen de Dios, Sab
2,23.
6,20 El verdadero
reino mencionado en Sab 3,8.
6,21-25 Consecuencia
parenética de lo anterior. Según los estoicos, el hombre tenía naturaleza de
rey, que realizaba con la sabiduría; pero aquí el autor habla a reyes que pueden
no ser sabios y que sólo llegarán al reino auténtico y perdurable por medio de
la sabiduría.
6,22-23 El fingido
Salomón se opone a las religiones mistéricas, exclusivas para iniciados, que
fabrican secretos artificiales y en su exclusivismo ceden a la envidia. La sabiduría
que Salomón pregona es patente, ciudadana, hasta callejera (Prov 8-9). El sabio
que se guarda su sabiduría ya está demostrando que no es sabio y que su
mercancía no es auténtica.
Especialmente
misterioso es el origen de la sabiduría, ya que trasciende el tiempo y la capacidad
humana; pero precisamente los libros judíos permiten al autor remontarse al principio
de la creación, cuando la Sabiduría actuaba: Prov 8,22-29.
Excelente!!!! MAESTROS SIEMPRE L.A SCHÖKEL Y EDUARDO ZURRO
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Un abrazo.
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